La desescalada supone un proceso de adaptación a la ‘nueva normalidad’ en el que los niños y los jóvenes necesitan el apoyo de los mayores.
Esta crisis sanitaria ha cambiado, por completo, la rutina diaria de mayores y pequeños. Durante más de dos meses, la población ha tenido que seguir de manera estricta un confinamiento con el objetivo de frenar la pandemia con la que se comenzó a convivir desde el mes de marzo. En el caso de los niños y jóvenes, han tenido que aprender a estudiar a través de una pantalla y a buscar distracciones dentro del hogar y con la familia.
En la actualidad, nos encontramos en pleno proceso de desescalada, con el que poco a poco se están recuperando las actividades sociales y al aire libre. Pero, ¿y ahora qué? ¿Cómo se debe afrontar psicológicamente este nuevo periodo de transición a la ‘nueva normalidad’ y que también precisa un proceso de adaptación?
El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid ha creado un manual: ‘Guía para un afrontamiento psicológico eficaz del proceso de desconfinamiento. ¿Y ahora qué?’, en el que se ofrecen algunas pautas y estrategias tanto para los niños como para que los jóvenes puedan enfrentarse a esta nueva etapa de la mejor forma posible.
Niños: entender sus emociones y establecer una buena comunicación
En el caso de los más pequeños, hay que tener en cuenta que durante esta crisis los niños han soportado una gran presión: no han podido salir de casa, ni jugar con sus amigos, han tenido que escuchar (irremediablemente) las noticias y los comentarios de los mayores sobre la pandemia o incluso han perdido algún familiar debido al virus.
Por ello, es importante conocer y entender las emociones con las que han convivido y siguen conviviendo: miedo, tristeza o enfado… Dichas emociones pueden provocarle un rechazo a adaptarse a la ‘nueva normalidad’. En este caso, la guía recomienda que la familia (que son sus personas de referencia y las que le dan seguridad) le escuche, vea qué es lo que teme y se anticipe a lo que hará y verá durante su paseo, la visita a otros familiares o incluso la vuelta a las aulas (si se da el caso).
Para llevarlo a cabo, el manual sugiere que el niño lleve un muñeco o peluche que le ofrezca seguridad fuera del entorno doméstico e incluso realizar algún ejercicio de relajación con el pequeño cuando se encuentre fuera de casa. De vuelta al hogar, los adultos pueden preguntarle cómo se ha sentido o que sea el propio niño el que pregunte a los mayores todas las dudas que le puedan surgir. También y para que poco a poco recupere la confianza en todo lo que puede hacer, se le puede atribuir pequeñas responsabilidades (que tenía antes de la crisis sanitaria) para se encuentre más motivado y refuerce su autoestima.
Adolescentes: respetar su espacio, motivarles y fomentar ‘debates constructivos’
La adolescencia es una época de cambios (físicos, psicológicos, emocionales…) en la que una pandemia no tiene ‘hueco’. La guía del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid destaca que los adolescentes, en momentos críticos como los actuales, pueden tener una baja percepción del riesgo (inherente a esta etapa vital) y que la adaptación a la ‘nueva normalidad’ puede acarrear riesgos innecesarios por eludir las normas y las medidas sanitarias establecidas.
En este caso, es importante que los adultos establezcan una comunicación fluida con ellos, un diálogo que valide sus puntos de vista y las emociones que le provoca la nueva situación. En ese hilo comunicativo, se pueden identificar las posibles conductas de riesgo cuando salen del hogar para verse con sus amigos, por ejemplo. Esto, además, puede dar lugar a debates ‘constructivos’ en los que los jóvenes descubran qué están haciendo mal y puedan corregirlo.
También sugiere la importancia de negociar con ellos distintos horarios o actividades que tienen que realizar, con el objetivo de fomentar la motivación y la colaboración con todos los miembros de la familia. También, consideran fundamental fomentar momentos para estar juntos (ya sea dentro o fuera de casa), pero respetando su espacio y facilitando la conexión con su grupo de iguales en la ‘nueva normalidad’ (a través de un uso responsable de las tecnologías y teniendo en cuenta el uso del tiempo).